Por residencias con sellos de Calidad y por la figura del Defensor del Mayor.

Desde Tercera Edad en Acción, queremos reivindicar nuestro malestar con la tercera edad en España, dado que es uno de los grupos más vulnerables de la sociedad. A medida que la población envejece, surgen desafíos únicos que afectan tanto a los ancianos como a sus familias y cuidadores.

Una de las mayores dificultades que enfrentan los ancianos es el acceso a atención médica de calidad y a servicios sociales. Muchas personas mayores viven solas o en hogares con recursos limitados, lo que las hace más vulnerables a enfermedades y lesiones.
Las residencias de ancianos son una opción para muchos mayores, pero no siempre son accesibles debido al coste que tiene y las listas de espera que existen. Además, algunas de estas instituciones tienen problemas de gestión y falta de personal, lo que lleva a una calidad deficiente en la atención de los ancianos.

Otro tema importante es el de las pensiones. A pesar de que el gobierno ha tomado medidas para fortalecer el sistema de pensiones, muchas personas mayores tienen dificultades para llegar a fin de mes con lo que reciben. Esto hace que la pobreza sea un problema real para muchos ancianos.

La defensa de las familias es otro aspecto importante en la vida de los ancianos. Muchos de ellos dependen de sus familiares para su cuidado y apoyo emocional, por lo que es fundamental que se les brinde la atención y el cariño que necesitan. Sin embargo, esto se hace difícil en una sociedad en la que cada vez hay menos hijos únicos y más familias monoparentales.

Por último, está el tema de la desigualdad política. Los partidos políticos tienen dificultades para presentarse en las elecciones y representar a los intereses de los ancianos.

Por ejemplo, es común que muchos ancianos no tengan acceso a la tecnología o no estén familiarizados con las redes sociales, lo que dificulta su participación en la vida política del país.

Para abordar estos problemas y crear un futuro más justo para los ancianos, es necesario un enfoque integral que incluya mejoras en la atención médica, la creación de más centros residenciales asequibles y accesibles, un sistema de pensiones justo y sostenible, la creación de la figura del defensor del anciano, más apoyo a las familias y a los cuidadores y una mayor inclusión de los ancianos en la vida política y social de España.